Entre los 4 y 6 años la mayoría de los niños ya domina el lenguaje materno, tiene un vocabulario adecuado para establecer las conversaciones rutinarias y su cerebro ya se ha desarrollado lo suficiente para acercarse a tareas como la lectura y la escritura. Estas situaciones hacen que no sea necesario esperar a que empiecen la formación académica regular para familiarizarlos con dichas actividades desde el hogar.Uno de los métodos más sencillos y efectivos a los que se puede recurrir para que los niños empiecen a practicar la lectura y la escritura es el método Montessori, el cual ponemos en práctica en nuestro kínder diariamente para fomentar que ellos y ellas aprenden a leer y escribir de una forma lúdica y atractiva, respetando su proceso y etapa del desarrollo.
El método Montessori —diseñado por la médica italiana María Montessori— se caracteriza por promover la independencia y la autonomía del niño durante su aprendizaje. Por ello, se le brinda un papel activo a la hora de aprender a leer y escribir, dándole libertad al niño para que descubra las letras por sí mismo a través de materiales sensoriales que le permiten experimentar los fonemas a través de los sentidos (Camacho, 2000).
A diferencia del método tradicional que normalmente se centra en la composición silábica, el método Montessori enfatiza en el aprendizaje de los fonemas de forma independiente ya que son unidades de sonido más pequeñas y fáciles de reconocer por un niño.
Además, el método Montessori adapta el proceso de aprendizaje al ritmo de cada infante. Algunos niños avanzan rápidamente en los contenidos; sin embargo, otros tendrán más dificultades para aprender. Por esa razón, es importante adaptar el contenido a su ritmo y ofrecerles todo el tiempo que necesiten para su aprendizaje (Camacho, 2000).
Para estimular a los niños a leer y escribir es importante que manipulen las letras, visualicen la vocalización de los fonemas y sientan las vibraciones en su garganta mientras las pronuncian ya que todo esto fomenta una compenetración mayor con el aprendizaje. Con el método Montessori, se busca que la mayoría de los sentidos de los niños estén al servicio del proceso de aprendizaje porque eso genera un conocimiento más significativo.
En el hogar se pueden confeccionar algunos materiales sencillos para acercar a los niños a la lectura y la escritura, los cuales son ampliamente utilizados por el método Montessori:
- Letras de lija: Consisten en unas tarjetas de cartulina que tienen pegadas en relieve las letras, confeccionadas con material de lija. De esta manera, el niño puede ver la grafía de las letras, pero también puede sentirlas al tacto.
- Prensas de letras: En unas prensas de madera se pueden escribir a ambos lados las letras del alfabeto con las cuales se puede incentivar a los niños a prensarlas en una hoja de papel para formar palabras. Este ejercicio es excelente para incentivarlo a que realice composiciones de palabras y esto a su vez entrena su coordinación mano-ojo.
- Caja de sonidos: En la tapa de una caja de cartón o plástica se pone una letra y en su interior se guardan objetos cuyo nombre comience con la letra de cada cajón. Por ejemplo, en la caja con la letra m se pueden guardar una muñeca, una maceta y una mochila. Esta caja se puede tener en el cuarto del niño para que cada vez que desee sacar un objeto pueda observar la primera letra con la que se escribe. Eso le ayudará a recordar el sonido y la grafía de la letra.
Referencia
Camacho, A. (2000). El método Montessori en el proceso de lecto – escritura. Tesina para obtener la licenciatura en Pedagogía. Recuperado de: http://200.23.113.51/pdf/21985.pdf