En la actualidad, los padres de familia pueden elegir entre una amplia gama de juguetes para sus hijos. La industria del entretenimiento produce juguetes de toda índole de forma masiva. No obstante, muchos de esos objetos refieren a un contenido violento y poco sano para un niño. Además, los juguetes pueden ser un medio reproductor de creencias y estereotipos de género por sus características implícitas, algo que moldea desde temprana edad el pensamiento de los niños y las niñas.
Vinculado a lo anterior, se sabe que el acelerado crecimiento del mercado de los juguetes en el último siglo aumentó los recursos disponibles para el entretenimiento infantil. Sin embargo, no siempre se analiza con detenimiento si los juguetes actuales son del todo beneficiosos para fomentar el juego y el bienestar infantil. Más bien, según algunos estudios recientes, el mundo comercializado de juegos y juguetes actual constituye una “amenaza” para el juego “natural” de los niños (Thomas, 2013).
Asimismo, los cambios tecnológicos han intervenido en todas las áreas de la vida social, económica y cultural a nivel mundial, incluido el juego de los niños. Incluso en los países más pobres, muchos niños tienen acceso a teléfonos móviles los cuales utilizan con frecuencia. Lo anterior sumado a que los productores de juguetes incorporan cada vez más tecnologías en los juguetes tradicionales. Al respecto, ciertos investigadores han manifestado inquietudes de que esta relación creciente entre la tecnología y el juego puedan ser perjudiciales para la creatividad de los niños (Marsh, 2013).
Debido a las preocupaciones mencionadas, surgieron los juguetes Montessori. Los mismos están diseñados para acompañar de forma positiva al niño en su formación, respetando sus tiempos, gustos y ritmo de aprendizaje. El concepto central de la filosofía Montessori es que el niño es un individuo autónomo, inteligente y capaz. Por esa razón, los juguetes vienen a ser herramientas para la mejora de sus habilidades y su desarrollo. Por medio del juego, el niño es libre de explorar y aprender.
Los juguetes Montessori tienen una doble función: divertir al niño y promover su aprendizaje. Tradicionalmente, el juguete se asocia con la alegría y la diversión. Por el contrario, el aprendizaje tiende a poseer una connotación negativa. Los juguetes Montessori consiguen asociar estos dos conceptos de forma armónica para que los niños descubran que aprender no tiene por qué ser una tarea difícil, sino más bien un pasatiempo entretenido y agradable.
Los juguetes comerciales, cada vez más tecnologizados, tienen funciones complejas y variadas. No obstante, los juguetes Montessori destacan por la ausencia de tales características pues apuestan por la simpleza. Entre menos “haga” el juguete por sí mismo es más beneficioso para el desarrollo infantil ya que es más versátil y esto sirve para estimular la creatividad de los niños durante el periodo en el cual se entretienen. Además, los juguetes Montessori respetan el ambiente. A diferencia de la mayoría de los juguetes de hoy en día, los juguetes Montessori no suelen estar hechos de plástico. Por el contrario, están compuestos por materiales naturales como la madera, el bambú, yute o mimbre.
Los juguetes Montessori son una opción excelente para propiciar el sano desarrollo infantil. Una alternativa distinta para que el aprendizaje y la diversión vayan de la mano. Un juguete Montessori es un objeto para tener presente la próxima vez que vaya a regalarle algo a un niño.
Referencias
Marsh, J. (2013). La tecnología en los juegos infantiles. En Brooker, L y Woodhead, M. (2013). El derecho al juego, La Primera Infancia en Perspectiva #9. The Open University.
Thomas, D. (2013). La comercialización del juego y la industria del juguete. En Brooker, L y Woodhead, M. (2013). El derecho al juego, La Primera Infancia en Perspectiva #9. The Open University.